Gato salvaje africano, Gato del desierto
El gato salvaje africano o gato del desierto (Felis silvestris lybica) es una subespecie del gato montés (F. silvestris). Se cree que fue el primer gato domesticado, y que fueron los antiguos egipcios o alguna civilización relacionada quienes lo domesticaron, hace al menos 4000 años.
Presenta un color entre arenoso y amarillo grisáceo, con rayas negras en lo alto de la cola. Su pelo es más corto que el del gato montés europeo (Felis silvestris silvestris). Además, el gato salvaje africano es más pequeño: su cuerpo mide de 45 a 75 cm de largo, y su cola entre 20 y 38 cm; y pesa de 3 a 6,5 kg.
Este felino es nocturno, está activo durante la noche y el crepúsculo (a veces también en días nublados), y en el día se refugia entre los arbustos. Cuando se siente amenazado se le eriza el pelo para aparentar ser más grande (rasgo común a otros mamíferos). Es territorial y suele presentar grupos de un macho con pocas hembras.
La hembra da a luz unas tres crías (a veces desde dos hasta seis crías), y la gestación dura entre 56 y 69 días. Las crías nacen ciegas y dependen totalmente de su madre, con la que se mantienen hasta los seis meses de edad; cuando cumplen un año ya son fértiles. Casi todas las crías nacen en la estación lluviosa, cuando hay suficiente comida para la camada.