Mirlo
El mirlo común o, más comúnmente, mirlo (Turdus merula) es una especie de ave paseriforme de la familia Turdidae.
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SocialDe
De bandadaEl comportamiento de bandada es el comportamiento de enjambre exhibido específicamente por un grupo de pájaros, llamado bandada, cuando busca ali...
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Parcialmente migratorioC
comienza conLa hembra tiene un plumaje marrón, cuyos tonos varían de un individuo a otro, presentando zonas más oscuras. No tiene el pico ni el anillo orbital de color amarillo brillante del macho: su pico es marrón, a veces con una zona de color amarillo pálido, y su círculo ocular es de color marrón claro. Su garganta es más clara que el resto de su plumaje, pudiendo presentar un aspecto vagamente anaranjado. Sus patas son de color marrón oscuro.
Ocasionalmente se ven en los mirlos comunes anomalías en el plumaje. Aunque estos fenómenos son poco frecuentes en términos absolutos, parecen menos excepcionales que en otras especies de aves. Según las observaciones llevadas a cabo en Gran Bretaña, sobre el número total de las aves con decoloración censadas de todas las especies, el 29% pertenece al género Turdus y son principalmente mirlos comunes, en este caso mirlos blancos.
Todas las anomalías se expresan por una decoloración más o menos pronunciada, pero son de diversos tipos y pueden ir desde el albinismo, con penetrancia plena, hasta diversas formas de albinismo parcial (leucismo) o manchas de otros colores o esquizocroísmo, cuyo factor es la deficiencia de alguna melanina concreta y no todas, perdiendo solamente alguna variedad cromática. En cuanto a los albinos, la verdadera causa es puramente genética, otros factores, como la edad o deficiencias nutricionales y de vitaminas podrían intervenir para explicar las deficiencias de pigmentación de las estructuras de las plumas.
Común en las zonas boscosas de la gran mayoría de su área de reparto, el mirlo tiene preferencia por los bosques caducifolios. Sin embargo, los jardines ofrecen un mejor lugar de anidación ya que puede acoger hasta 7,3 parejas por hectárea, mientras que los bosques no pueden acoger más de una décima parte de esta densidad de población (y los espacios abiertos y altamente urbanizados aún menos). También se puede encontrar en setos, zonas de arbustos, al borde de los bosques, parques o en los cultivos, incluso en las zonas urbanas.
En Europa, es a menudo sustituido paulatinamente por el mirlo capiblanco, especie bastante cercana desde el punto de vista taxonómico, cuando se progresa en altitud. Se pueden encontrar hasta los 1000 m de altura en Europa, 2300 m en África del Norte, 800 m en Sri Lanka y 900 m en la India peninsular, pero la principal subespecie del Himalaya puede alcanzar una altura muy superior: T. m. maximus anida entre 3200 y 4800 m y se mantiene por encima de los 2100 m sobre el nivel del mar incluso en invierno.
El mirlo anida en toda la Europa templada, siempre por debajo del Círculo Polar Ártico, también en África del Norte y en algunas islas del Atlántico (Madeira, Azores, Canarias) y una gran parte del sur de Asia.
El mirlo ha sido introducido en muchas partes del mundo fuera de su área original, por ejemplo en Australia y Nueva Zelanda se encuentran descendientes de mirlos importados de Gran Bretaña.
Los mirlos comunes tienen un comportamiento territorial muy acentuada y no viven en grupo. Cada individuo delimita su propio territorio, que va desde 0,2 a 0,5 hectáreas en el bosque hasta 0,1 a 0,3 hectáreas en la ciudad. El macho establece su territorio durante su primer año de existencia y lo mantiene toda su vida. Durante la temporada de cría un mirlo no soporta a ningún congénere, con la excepción de su pareja.
Para proteger la exclusividad de su territorio, el macho ataca a los otros machos con gestos amenazantes: una carrera breve hacia el intruso, la cabeza levantada al principio, y luego mirando hacia abajo, al mismo tiempo que baja la cola. Si se produce una pelea, los dos machos se enfrentan y revolotean a unos cuantos centímetros del suelo empujándose y dando gritos y con las patas estiradas hacia el oponente. Estas peleas suelen ser de corta duración, más demostrativas que violentas, y la expulsión del intruso es rápida. La hembra es también agresiva en la primavera, cuando compite con otras hembras por una pareja o un territorio de cría. A pesar de que las peleas entre las hembras son menos frecuentes, tienden a ser más violentas.
Fuera de la temporada de cría, varios mirlos comunes pueden compartir un mismo hábitat que les procure alimento y refugio, y a veces pasan la noche en grupos pequeños, pero incluso en este caso hay poca relación entre los individuos.El territorio de un mirlo común, si bien es esencial para la formación de las parejas y la cría, sólo les proporciona una porción de los recursos alimentarios necesarios.
El régimen alimentario de los mirlos comunes es omnívoro. Se alimentan de una gran variedad de insectos, gusanos y otros pequeños animales y también consumen frutas y, a veces, semillas.
Los mirlos buscan sus presas principalmente en tierra. Corren, dan saltitos, avanzan de golpe, inclinando la cabeza de lado para observar el terreno. Cazan principalmente de vista pero también a veces usan el oído. Son grandes consumidores de gusanos que capturan rebuscando en el humus. También escarban la hojarasca en descomposición, de manera ruidosa y demostrativa, revolviendo las hojas para encontrar todo tipo de invertebrados: insectos, arañas, miriápodos, babosas o caracoles pequeños. Con carácter excepcional se alimenta de pequeños vertebrados como renacuajos, pequeños anfibios adultos o lagartijas u otro tipo de mamíferos, como el conejo enano o el ratón. Aunque son principalmente cazadores en tierra, los mirlos no dudan en explorar los árboles y arbustos para alimentarse de los insectos que se posan en ellos, sobre todo de orugas.
Pero si el mirlo común visita las ramas de árboles y arbustos para alimentarse, lo hace principalmente en busca de frutas, generalmente pequeños frutos carnosos: bayas o drupas. La clase de fruta consumida depende de lo que esté disponible a nivel local y puede incluir especies exóticas que encuentren en los jardines o huertas. Son aficionados a las bayas que pueden coger y llevar en sus picos, pero no desdeñan picotear frutas más grandes como las manzanas o las frutas caídas en el suelo.
En la Europa templada comen bayas de aligustre, sauco negro, moras, cornejo, cerezas o zarzamoras. En invierno encuentran aún, unidos a las ramas, frutos de hiedra, serbal, semillas de acebo, muérdago, etc. Más al sur encuentran aceitunas, mirtos y uvas. En el norte de la India a menudo consume los pequeños higos de la higuera de Banyans y las moras de la morera, mientras que al sur de este subcontinente, las pequeñas bayas negras de los árboles del género Trema forman, con frecuencia, parte de su dieta.
Durante la temporada de cría predominan las presas de animales, que son especialmente importantes en la dieta del mirlo en esta época, mientras que las frutas o bayas son más importantes en el otoño y el invierno.
La subespecie Turdus merula merula empieza a poner huevos en marzo, pero las subespecies de la India oriental son más tardías, comenzando en abril o mayo como muy pronto. Los individuos del hemisferio sur, comienzan a poner en agosto.
La pareja anidante busca una ubicación adecuada para el nido en un arbusto (matorral bajo o algunas veces más elevado), por lo general de alrededor de 2 metros sobre el nivel del suelo, con predilección por determinadas especies de plantas como la hiedra, el acebo, el espino, la madreselva o los aligustres.
A pesar de que el macho ayuda en la construcción del nido, principalmente mediante el suministro de materiales de construcción, las hembras construyen casi ellas solas un nido en forma de cuenco, con musgo, hierbas, raíces y pequeñas ramitas, que bordean de barro o de hojas fangosas. A continuación pone de 2 a 6 huevos ( generalmente 4 ) de color azul-verdoso, con manchas marrones-rojizas que son más numerosas en la parte más gruesa de estos. Los huevos de las subespecie T. m. merula tienen un tamaño medio de 2,9 x 2,1 cm y, en general, pesan 7,2 gramos ( el 6% de esta masa corresponde a la cáscara ). La cáscara del huevo de las subespecies del sur de la India es más pálida que la de otras especies.
La hembra incuba durante doce a catorce días antes de la eclosión. Los polluelos nacen desnudos y ciegos, con un peso de 5 a 6 g. Los padres se ocupan los dos, tanto de la alimentación como de eliminar del nido las bolsas fecales de los pequeños. El peso alcanzado por los pollitos a la edad de ocho días es crucial para su supervivencia. El ideal sería de 35 a 45 g, por debajo de estos valores el pollito tendría muy pocas posibilidades de sobrevivir. De hecho, el período posterior a la estancia en el nido es esencial para la supervivencia. Durante treinta días los jóvenes son particularmente vulnerables: los que alcanzan mayor peso tienen más posibilidades de sobrevivir que los más ligeros. En doce días los polluelos pesan entre 60 y 65 g.
Abandonan el nido muy temprano, entre los diez y los diecinueve días desde su nacimiento (trece días y medio por término medio con un peso de 70 a 80 g). Una semana antes de saber volar salen del nido para dejarse caer revoloteando y esconderse cerca. Seguirán siendo alimentados por sus padres durante tres semanas después de dejar el nido y siguen a los adultos pidiéndoles alimento. Si la hembra comienza una segunda nidada, únicamente el macho se encarga de la alimentación de los jóvenes. Una segunda nidada es bastante común reutilizando el mismo nido si la primera nidada se ha visto coronada por el éxito y en el sur del área de extensión de esta especie puede tener hasta tres generaciones por año o más. Durante el período en que los pequeños son alimentados por sus padres aprenden a elegir sus alimentos. A medida que su experiencia y su confianza aumentan comienzan a aventurarse más en el territorio de sus padres. Los jóvenes acaban por hacerse independientes y marcharse, siempre por su propia iniciativa, nunca son obligados por sus padres.
Los jóvenes llegan a la madurez al cabo de un año, cuando ya pueden reproducirse, después de elegir su propio territorio.
Un mirlo tiene una esperanza de vida de dos años y medio por término medio, incluyendo la mortalidad infantil. Los mirlos comunes que sobreviven a su primer año de vida viven cinco años por término medio, pero según resultados basados en el marcado, esta especie puede alcanzar un récord de edad de veintiún años y diez meses.
El principal depredador del mirlo es el gato doméstico, pero el zorro, la garduña, el armiño y rapaces como los halcones también cazan esta especie cuando se presenta la oportunidad y limitan la población de mirlo común. Por el contrario hay poca evidencia directa que demuestre que la depredación de huevos de mirlo común y polluelos por adultos de córvidos como la urraca, corneja negra o el cuervo común, tenga un impacto directo sobre el número de poblaciones de mirlo común.
El mirlo es, de vez en cuando, hospedador involuntario del cuco gris (Cuculus canorus), especie parásita que pone sus huevos en los nidos de otras especies. Pero, en general, no pone sus huevos en el nido del mirlo porque éste es capaz de reconocer a los adultos de esta especie, y también sus huevos, que son más grandes que los del mirlo. y los rechaza. El mirlo introducido en Nueva Zelanda, donde el cuco no vive, ha perdido la capacidad de reconocer al cuco gris adulto, pero siempre rechaza los huevos.
Al igual que con todos los paseriformes, los parásitos son comunes en el mirlo. Los estudios han demostrado que el 88% de los mirlos examinados mostraron parásitos intestinales, los más comunes del género Isospora o Capillaria, y más del 80% mostró parásitos en la sangre.
Los mirlos pasan gran parte de su tiempo en busca de alimentos a nivel del suelo. A menudo son infestados por garrapatas, u otros parásitos externos, sobre todo en la cabeza. En un estudio realizado en Francia, el 74% de los mirlos examinados en las zonas rurales estaban infestados con garrapatas del género Ixodes, por solo el 2% de los examinados en las zonas urbanas. Esto se debe a que en los parques y jardines de las zonas urbanas, las garrapatas tienen más dificultades para encontrar otros anfitriones, mientras que en las zonas rurales los huéspedes son más numerosos y variados (zorros, ciervos y venados, jabalíes, etc ), aunque no hay pruebas de que esto afecte a la salud del mirlo común, salvo cuando están agotados o muy inmunocomprometidos, después de migrar. Parece que, por el contrario, el mirlo es un reservorio de Borrelia capaz de transmitir el parásito a las garrapatas.
La población mundial de mirlo común no se ha cuantificado. La población europea se estima entre 79 y 160 millones de individuos. Esta especie es especialmente numerosa en Alemania (8 a 16 millones de parejas), el Reino Unido (cerca de 5 millones de parejas) y Francia donde el número de mirlos comunes puede alcanzar varias decenas de millones de parejas reproductoras.
El futuro de la especie dependerá principalmente del mantenimiento de hábitats diversificados y favorables que le proporcionen refugio y recursos alimenticios. La población europea en su conjunto parece aumentar desde 1990, por lo tanto, es considerada como "segura" por la sociedad ornitológica BirdLife International.
El mirlo fue introducido en Australia, en Melbourne, en 1850, pero se ha propagado desde Melbourne y Adelaida, sus zonas originales, a todo el sudeste de Australia, y también a Tasmania y las islas del estrecho de Bass. Las poblaciones introducidas en Australia se consideran perjudiciales porque causan daños en una amplia variedad de bayas y drupas en huertas, parques y jardines, especialmente en las uvas y las cerezas. También se les acusa de difundir "malas hierbas", como las zarzas, y competir con el resto de la avifauna local en lo que concierne a la alimentación y a los lugares de anidación.
En Nueva Zelanda el mirlo y el pájaro de anteojos (Zosterops lateralis) son las dos aves dispersoras de semillas más prevalentes en este país. Desde su introducción en 1862, al mismo tiempo que el zorzal (Turdus philomelos), se ha propagado por todo el país, hasta una altitud de 1500 m, así como en las islas ubicadas a alguna distancia, como el grupo de la Isla de Campbell y las Islas Kermadec. Come una gran variedad de frutas exóticas y autóctonas y es uno de los principales contribuyentes al desarrollo de las comunidades de plantas leñosas naturalizadas, como las zarzas. Estas plantas proporcionan los frutos más apreciados por las aves no endémicas (ya sea indígenas o introducidas) que por las aves endémicas.